Sobre el deseo de Hamlet Lacan ubica:
“Les he dicho qué presión, qué abolición, qué destrucción sufre ese deseo, en tanto de eso que se encuentra con algo del Otro real, de la madre tal como es esta madre, como tantas otras, a saber, ese algo estructurado de alguna cosa que es menos deseo, que glotonería, engullimiento”
En este punto es necesario poder diferenciar lo que Lacan ubica aquí como Otro Real de lo real como no relacion. Este Otro Real lo propone como el goce del Otro que mortifica al sujeto, lo real como pulsion de muerte. Es perfectamente compatible para Lacan que este en juego en la posición de Hamlet el S(/A) y LA mujer sin barrar. ¿Cómo desenredar esta cuestión? La relación que el sujeto va a tener al S(/A) va a depender de cual sea su relación a la mujer y esta va estar determinada a su vez por el padre. A Hamlet se le presenta la madre como LA mujer sin barrar, la que tiene una relación sexual con el Falo real encarnado en Claudio pero ella no esta como sujeto sino como objeto de un goce ilimitado, ella tiene el falo, y no tiene lugar el duelo, esta posición no le permite a Hamlet hacer algo con la barra sino que queda tomado, raptado, por la forclusion generalizada, siendo ahí eso que la madre tiene. Ser o no ser esa es la cuestion para Hamlet. Esta cuestión permite ubicar lo que Lacan propone de la droga como rompiendo el matrimonio con el hace pipi. Donde el sujeto queda aspirado por el agujero. Esta posición con respecto al S(/A) puede variar efectivamente si en el lugar de la glotonería materna lo que aparece es el L/A (La barrado) dirigiéndose al padre como limite, esto da lugar al desprendimiento del objeto que permite al sujeto soportarse como tal y decidirse por la represión. Que haya eleccion y decisión justamente donde la madre no elige:
“Ella no elige, en razón de algo que está presente como del orden de una voracidad instintual”
Hay que aclarar que también por la existencia del L/A cambia la relación al S(/A).
“Esta imagen de vida pronta a nacer, de vida portadora de todas las vidas, es así como, además, Hamlet la califica, la sitúa, para rechazarla: "Serás la madre de pecadores''. Esta imagen, justamente, de la fecundidad vital, esta imagen, para decirlo todo, nos ilustra, creo que más que ninguna otra creación, la ecuación a la cual he tenido en cuenta en mis cursos, la ecuación mujer=falo.”
“¿En qué es Ofelia el falo en ese momento?. En esto, y aún cuando el sujeto, aquí, exteriorice el falo, en tanto que símbolo significante de la vida y que, como tal, él lo rechaza.”
¿Cómo puede ser que esta cuestión deje en un rechazo cuando Lacan había ubicado anteriormente que esa ecuación era lo que permitía la circulación del deseo? Hay que ubicar relaciones entre los términos, estos no se sostienen por si mismos. Lacan en su grafo ubica relaciones y en esto tenemos que seguirlo. Ofelia es rechazada en tanto que mujer, en tanto que es efectivamente el falo porque por su relación a LA mujer sin barrar a Hamlet la vida se le torna mortífera, generadora de pecado, generadora de la posición en el que él se encuentra como siendo el falo real de la madre. Hamlet no tiene como sensibilizarse a lo femenino y queda rechazando la ecuación de su deseo. Es por vía del L/A barrado que el falo puede cobrar el estatuto de limite para el sujeto ubicando lo imposible y produciendo la composición del fantasma donde la madre puede ubicarse como generadora de vida, la madre de las generaciones. Es en el trabajo con la psicóloga online de Argentina o el psicólogo online donde se va poder dimensionar el lugar de lo materno como generación.
Lacan va a pasar a ubicar en otro momento de la obra a Ofelia como objeto a. ¿Cuál es la relación del falo con el objeto a?
“El fantasma, siendo el soporte, el sustrato imaginario, de algo que se llama, hablando con propiedad, el deseo, en tanto que se distingue de la demanda, que se distingue, también, de la necesidad.”
Lacan haciendo esta ubicación va a criticar lo que los psicoanalistas suelen ubicar como relación de objeto:
“lo que se llama relación de objeto es, siempre, relación del sujeto en ese momento privilegiado de fading del sujeto, no a los objetos, como se dice, sino a los significantes de la demanda. Pero hay un gran inconveniente en confundir lo que es relación al significante con lo que es relación al objeto, porque ese objeto es otro” … “No hago aquí sino indicar, recordar, lo que pude articular, antes, a propósito de ese $ por cuanto nos interesa, no en cuanto confrontado, puesto en relación con la demanda, sino con ese elemento que, este año, vamos a tratar de estrechar más de cerca, que está representado por el a. El a, objeto esencial, objeto alrededor del cual gira, como tal, la dialéctica del deseo; objeto alrededor del cual el sujeto se prueba, en una alteridad imaginaria, ante un elemento que es alteridad al nivel imaginario, tal como ya lo hemos articulado y definido muchas veces.”
Lacan va a precisar que lugar toma el objeto en el fantasma:
“el objeto toma su lugar de eso de lo cual el sujeto esta privado simbólicamente…es en razón de la articulación del fantasma, que el objeto toma el lugar de aquello de lo cual el sujeto está privado. ¿Qué es? Es del falo que el objeto toma esa función que tiene en el fantasma, y que el deseo se constituye con el fantasma como soporte…ven bien que es en esa dirección que ese objeto imaginario se encuentra en una suerte de posición de condensar, sobre él, las virtudes o la dimensión del ser—, que puede convertirse en ese verdadero engaño (leurre) del ser, que es el objeto del deseo humano, ese algo frente al cual Simone Weil se detiene cuando marca la relación más espesa, la más opaca que pueda sernos presentada, del hombre, con el objeto de su deseo: la relación del avaro con su cofre, donde parece culminar, para nosotros, de la forma más evidente, ese carácter de fetiche que es el del objeto del deseo humano, y que es, también, el carácter o una de las caras de todos sus objetos.”
Lacan ubica al objeto en el deseo por la privación del falo mortal, que el sujeto pueda sacrificar esa libra de carne, que ni la madre ni el padre pudieron pagar, eso permite componer la relación del sujeto con el objeto en el fantasma. Es lo que Lacan va ir componiendo a lo largo de su lectura de Hamlet como el falo se negativaza para que pueda ubicarse el objeto del deseo y dar lugar por su separación a la causa de deseo.
“Aproximémonos más. $ <> a, como tal, significa esto: es en tanto que el sujeto esta privado de algo de sí mismo , que ha tomado valor de significante, incluso en su alienación.
Ese algo es el falo. Es, pues, en tanto que el sujeto está privado de algo de su vida misma, por lo que ha tomado valor de lo que lo liga al significante. Es en tanto que está en esta posición, que un objeto particular deviene objeto de deseo. Ser objeto de deseo es algo esencialmente diferente que ser objeto de alguna necesidad. Es por esta subsistencia del objeto como tal, del objeto en el deseo, en el tiempo, que viene a tomar su lugar lo que, por su naturaleza, queda enmascarado para el sujeto, ese sacrificio de sí mismo, esta libra de carne empeñada en su relación con el significante. Es porque algo toma el lugar de eso, que ese algo deviene objeto en el deseo.”
Al sacrificar el falo real este deviene falo simbólico que marca la relación del sujeto con el campo del significante. Que el falo real quede así velado por la falta en lo simbólico. Esto es -phi. Que se negativice, que se oculte, lo que dejaba al sujeto tomado por lo real del Otro, lo que antes era pura exhibición y exposición como falo real en su relación con el La sin barrar. Que este goce pueda ocultarse, suspenderse, para poder empezar a decir, es decir, empezar a ubicar el objeto que se fue para el Otro. Ahí donde estaba el falo real poder comenzar a ubicar el objeto a como construcción del fantasma en el análisis y su atravesamiento en el recorrido de la terapia online.
Que Hamlet realice su destino de hamlet gozando hasta morir en la escena que permite la cesión del objeto dando lugar a la causa del deseo. Que el pueda sacrificar el falo para luego sacrificarse el mismo como objeto del deseo del Otro. ¿qué diferencia entonces el pasaje al acto del acto analítico? En ambos el sujeto se identifica al objeto, la diferencia se ubica en la dimensión en que se encuentra ese objeto, si es objeto del deseo del Otro o objeto causa del deseo. Y esto en relación a si hay o no una lectura posible del fantasma, y puede producirse la lectura porque se restableció de otra manera la relación con el S(/A). Donde el sujeto no queda capturado por la barra sino que puede leer su posición. Que el padre entonces no solo diga de las faltas de garantía del Otro sino que pueda funcionar como una excepción que hace existencia.
Redactado por los profesionales de Psicólogos Online Argentina
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